Tras la lectura atenta de este articulo de El Español, que no tiene desperdicio, me quedo con esto:
“Hay una oportunidad de hacer algo bien y rápido en todo este desbarajuste. Señor Sánchez, ministro Illa, aprovechen la capacidad de las 22.000 oficinas de farmacia que hay en España. El doctor Simón les ha faltado al respeto. No estuvo muy acertado al considerar a los 71.000 profesionales del sector algo así como cajeras, al negarles el derecho a recibir material de protección como sanitarios en primera línea de calle que son».
“Las 22.000 farmacias de España tienen una capilaridad inigualable para repartir millones de mascarillas y para realizar los test rápidos masivos, tan necesarios para identificar a contagiados, que son a la vez contagiadores. Y tranquilizar, también, a los que no lo son. Las farmacias reciben todos los días, por dos veces, medicamentos de grandes distribuidoras como Cofares o Bidafarmacia. Sólo con 10.000 oficinas de farmacia a razón de 100 test podrían realizarse más un millón de pruebas en nada«.
“Estos test rápidos se realizan con un gota de sangre, en 15 minutos tienes el resultado y en pocas horas todos los resultados estarían en una base central de datos. Los farmacéuticos lo saben hacer, lo hacen, de hecho, todos los días. No se congestionarían así ambulatorios y los hospitales, y se implicaría a estos profesionales sanitarios tan importantes”.
“Seguramente no nos harán caso, como sucedió en la crisis de las mascarillas, los respiradores, los trajes de protección, etcétera. Todo estaba a tiro de proveedor, pero perdieron el tiempo al no preguntar a los que sabían, incluidas a las comunidades autónomas, a las que ahora se les dice que eran quienes tenían que haber comprado. El gobierno quiere escurrir el bulto de su desastre”.

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